Los pibes y las pibas se ponen la camiseta (literal) desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche.
Descargan camiones, revisan la indumentaria, la clasifican y luego la despachan para que vaya a roperos comunitarios, sociedades de fomento y otras instituciones.
Hablamos con Valentín Guerrero y Julieta Mandara, quienes estudian Derecho en la Universidad Salesiana y son voluntarios en el galpón municipal.
“Toda la ropa que se dona al Estado llega a este galpón y se distribuyen a los roperos comunitarios en los barrios”, dijo Julieta y agregó que también entregan bolsones a aquellas personas que se acerquen y lo necesiten.
Pero el proceso no es al azar. Valentín explicó: “Tenemos el depósito abierto para que la gente pueda acercarse y, desde ahí, coordinar el envío con un remito. Tomamos bien los datos: quién viene, a dónde va, qué institución la recibe, y dejamos nuestros contactos por cualquier cosa. Así llegamos a los puntos calientes, pero también a instituciones barriales”.
Para elegir las instituciones principales a las que envían la ropa, se hizo un relevamiento de cuáles eran los lugares que ya estaban funcionando como roperos comunitarios, pero tienen una lista de personas que necesitan donaciones que crece todos los días.
En el galpón también se reciben donaciones particulares, por eso Julieta fue clara en ese sentido: “Algo importante es que donar la ropa no es desecharnos de lo que ya no nos sirve, es importante que la ropa esté limpia, que esté en buen estado”.
Algo clave para donar: si podés rotulá la ropa y dividila en mujer, hombre o niño para que se facilite el proceso.
La ropa abunda pero faltan voluntarios…
“La catástrofe en Bahía es impresionante. Si salís del trabajo y podés hacerte un lugarcito para venir a ayudar un rato, todo suma y ayuda un montón de gente que es lo más importante en este momento”, dijo Valentín.
¿Querés sumarte como voluntario?
Podés presentarte dentro de las 8 am a las 8 pm en Colón 1312.
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